Antes de contarles qué estrategias usé para hacer de la visita al cine una experiencia agradable para mi hijo, les comentaré por qué esperé tanto tiempo para llevarlo.
Debo confesar que soy de las personas que creen que cada experiencia nueva para un niño debe hacerse para beneficio de él y no de los padres. Es decir, muchos padres planificamos actividades pensando cómo nos vamos a sentir nosotros al vivir algo con nuestros hijos, cómo lo recordaremos e incluso lo idealizamos. Sin embargo, no nos ponemos a pensar si es que nuestro hijo está listo para ella, si realmente la disfrutará, si le dejará un grato recuerdo.
También creo en el respeto a los asistentes. No me parece justo incomodar a los demás pues ellos van a disfrutar de una película y escuchar sufrir a un niño no es nada lindo. Lo comento pues me ha pasado haber ido a una función (inclusive no destinada para niños) y escuchar vocecitas preguntando: ¿Ya nos vamos?, ¿Ya terminó?, ¡Estoy aburrido!
Y ojo, no es que me moleste un niño incómodo en el cine sino que me indigna que sus padres prioricen su propio placer antes que la tranquilidad de su hijo.
En fin, ahora sí paso a darles los tips que me sirvieron para salir airosos en esta aventura, junto a un niño de tres años.
1. Elegir una película adecuada para su edad
Es básico ponerse en el lugar de nuestros hijos. No todas las películas de dibujos animados o dirigida a niños es interesante. Uno mejor que nadie conoce los gustos de sus hijos y aunque los trailers nos pueden dar una idea de cómo será la película debemos preguntarnos a conciencia si le gustará a nuestros pequeños.
2. Mostrarle imágenes previas
Como ya había planificado esta salida al cine pues busqué imágenes de la película que íbamos a ver, en este caso "Angry Birds". Le mostré el jueguito para que vaya familiarizándose con los personajes y así no se sintiera perdido al ver personajes que no conocía. Le dije, mostrando mucho entusiasmo, que íbamos a ver una historia nueva de ellos, que quería saber qué pasaba para así poder contárselo a su primo, a sus abuelos. Esto le gustó mucho porque mi hijo es un loro a quien le encanta contarle todo a sus abuelos.
3. Hacer un simulacro
Quizá se lea cómico pero hice mi simulacro de cine en casa. Llegada la noche y antes de ir a la cama, aprovechando que ya había oscurecido, encendí el televisor y apagué todas las luces. Con este ambiente, le explique a Ezio que así estaríamos en la sala de cine. Le conté que iban a apagar las luces pero que vería un televisor muy grande y que allí iban a salir unos dibujitos.
4. Elegir un horario sin mucha afluencia de público
Esto me pareció importante pues no sabía cómo iba a reaccionar mi hijo frente a esta nueva experiencia. No deseaba que se sintiera mal en el caso que llorara o quizá gritara. Nunca lo ha hecho en otras situaciones pero tenía que pensar en todas las posibilidades. Era básico que él se sintiera bien consigo mismo y libre de expresar sus emociones.
5. Llevé su dudú o mantita de apego
Como muchas de ustedes saben, un dudú o mantita de apego es un objeto material en el cual el bebé deposita cierto afecto. Ezio tiene esta jirafita desde que nació y sabe que mamá la eligió con mucho amor para él, así que decidí llevarla para que sintiera que tenía parte de su casa, de su espacio y su entorno diario, acompañándolo.
Para este fin, pueden elegir la muñeca o juguete favorito de su hijo, así se sentirá cómodo. Yo hice que la sentara a su lado como una amiga que estaba viendo la película. Incluso, eventualmente le pedía que se fijara si la jirafa estaba atenta a la película o que le preguntara si quería algún caramelito.
6. Comprar una golosina o snack novedoso
Ezio no acostumbra comer muchas golosinas, de hecho se aburre rápido de ellas. Igual elegí llevarle mini lentejitas pero esta vez dentro de un frasco en forma de osito que nunca antes él había visto. Aunque no se las comió durante la función, sí me sirvieron como tema de distarcción en las dos ocasiones que medio se aburrió (Esto pasó casi al final de la película).
7. Darle seguridad sin sobreproteger
Si bien pagué dos entradas, es decir, tenía dos asientos a nuestra disposición, al iniciar la función lo tuve sentado sobre mis piernas mientras sutilmente lo abrazaba. Esto lo hice pensando en el sonido pues el volumen es mucho más alto a lo que un niño está acostumbrado y no quise que se asustara. Luego, lo pasé a su asiento sin dejar eventualmente de tocarle una manito o acariciarle la cabecita para que recordarle que mamá estaba al pendiente de él.
8. Estar atenta a sus necesidades
Este punto me parece muy importante. Como escribí antes, jamás debemos priorizar nuestro placer frente al de nuestros hijos. Si un niño no quiere estar en un lugar, no debemos obligarlo. Yo fui mentalizada, si él se aburría pues tendría que abandonar la sala. Jamás el costo de una entrada o mis deseos de ver la película iban a estar por encima de su tranquilidad.
Debo acotar que casi al final de la película hubieron dos ocasiones que lo vi medio aburrido y me pidió regresar a la casa. Entonces, le dije que si salíamos no iba a conocer el final de la historia. Así que se animó a seguir viéndola.
Esos son los tips que me sirvieron para nuestra primera visita al cine. Espero que le sirvan a ustedes y que evalúen si sus hijos están listos para disfrutar una película. Seguramente algunos lo harán siendo más pequeños, otros más grandes, lo importante es que vayan cuando ellos estén listos y no siendo forzados.