lunes, 31 de julio de 2017

¡Me llega la Operación Pañal!



Creo que una de las etapas más complicadas durante estos cuatro años como mamá ha sido que mi gatito logre dejar el pañal. ¿Por qué? Pues más que nada por las expectativas que me había formado  guiándome de muchos artículos y post que leí sobre la famosa "Operación Pañal". Y es que la verdad, después de tratar de poner en práctica todos los consejos estandarizados que leí, sólo llegué a una conclusión: ¡Me llega la Operación Pañal!
Entonces, vayamos al grano y ahora les explico los puntos que originan mi rebeldía:

1.  El verano es la etapa ideal para dejar el pañal: ¡Falsooooo! Digo yo, ¿Qué tiene que ver el clima con el hecho de si tu hij@ alcanzó o no la madurez para controlar sus esfínteres? Francamente me parece inverosímil que muchos antepongan la comodidad de tener que lavar menos ropa porque en verano los peques pueden andan más ligeritos o porque pueden ponerle un shortcito y un par de sandalias y asunto arreglado, si se orina no habrá tanta ropa que sacar. Honestamente, no creo que nuestros hij@s deban padecer nuestro cansancio porque síííí, cansa lavar ropa, no lo niego pero vale la pena la chamba extra con tal de no presionarlos.

2. Los famosos "signos" que indican que tu hijo ya está listo: ¡No hay forma de que todos los niños actúen igual! Cada niño tiene su forma de expresar sus necesidades, si bien algunos optan por mostrar curiosidad por ver cómo se usa el inodoro pues esto no quiere decir que ya están listos para usarlo. Puede que algunos sientan temor, como en el caso de mi hijo.
Otro signo clásico es que si ves a tu niño que empieza a quitarse el pañal es porque ya está listo para dejarlo. Déjenme decirles que muchos se lo quitan porque es un hecho que les incomoda a la hora de jugar o por allí les causa mucha sudoración sobre todo en verano pero no necesariamente esto indica que está pidiendo a gritos dejarlo.

3. El asunto de que si le quitas el pañal ya no hay marcha atrás: ¿Acaso se puede ser tan radical? Es como ponerse a dieta, en algún momento pecarás con un poquitín de comida pero eso no quiere decir que fracasaste. Si un peque pide regresar al pañal pues hay que concedérselo, yo no veo la necesidad de hacerlo sentir mal. 

Ahora, ¿Cómo hice yo para que mi hijo dejara el pañal?


Simple: Respeté su propio tiempo y seguí su propio ritmo.
¡Así de fácil! Porque no hay método más efectivo que el que cada mamá puede inventarse y conociendo el carácter de su hij@ sabe cuál es su ritmo para hacer las cosas.
Respecto al tiempo, es decir la edad que tenía, pues a mí no me importó que lo vieran ya grande y en una edad en la que "supuestamente" ya debería de haber dejado el pañal. Siendo cruda, nadie me regalaba ni gastaba comprándole los pañales y a fin de cuentas era un asunto sólo mío y de mi hijo. Por lo que afirmo tajantemente que jamás debemos escuchar opiniones de terceros en asuntos como este y menos sentirnos mal porque creamos que estamos actuando mal. Sólo tú como madre o padre sabes qué es lo mejor para tu hijo.
Bien, dicho esto, les cuento qué hice yo en particular con mi hijo. Quizás les sirva alguna de mis ideas y situaciones vividas durante ese proceso:

1. Puede que parezca exageración pero tuve que comprar tres modelos distintos de bacín. ¿Por qué? Simplemente él no quería ir directo al inodoro porque sentía temor y tuvieron que pasar por su inspección dos bacines que no lo convencieron hasta llegar al ideal. Seguro algunos estarán pensando qué derroche o cuánto gasto pero ¿saben? para mí valió la pena haber gastado en ello porque cuando decidió usar el que eligió lo vi seguro y sobre todo relajado.


2. Otra de mis tareas fue buscar en la web cuentos y vídeos relacionados con el asunto del pañal como la canción Pipí y Popó. Incluso llegué a comprarle el libro "Marcial ya no usa pañal" y se lo leía así como quien no quiere la cosa, cero presiones sin insinuarle algo directamente. Por allí le hice alusión a que el niño de la foto se parecía mucho a él o que su bacín era del mismo color pero jamás lo presioné dándole un sermón o moraleja después de leérselo.  



3. Yo sí tuve "Marcha atrás"
Después de dos días en los que me sentía la reina del Universo porque mi hijo ya no usaba pañal, me cayó el baldazo de agua fría cuando pidió al borde de las lágrimas que quería hacer caca y si no era en el pañal no iba a hacer. Ingenua yo que no me había dado cuenta que en esos dos días pedía muy bien hacer pichi porque obviamente al ser varón miccionaba de pie pero hasta ese momento no habíamos llegado al instante de tener que sentarse para defecar. Así que caballero no más a ponerle el pañal.      

4. Después de ese retroceso me puse a analizar por qué mi hijo no quería defecar sino era en el pañal. Fue así que caí en cuenta que quizá le daba asco la sensación de ver sus excrementos ir directo al bacín o tal vez sencillamente se sentía raro defecando sin sentir el dichoso pañal. Entonces, la siguiente vez que pidió hacer caca le sugerí sentarse en el bacín con el pañal puesto tan sólo para que se familiarizara con esta nueva posición de estar sentando y funcionó. Mi hijo al ver que era también normal hacer sus deposiciones de esta forma se sintió cómodo y la siguiente vez le sugerí soltarle el pañal y fue así como lo coloqué en el fondo del bacín para que él defecara sobre él y nuevamente funcionó la idea. Finalmente, le hice analizar lo que ya había logrado en esas dos ocasiones y que podíamos probar esta vez sin poner pañal en el fondo del bacín para ver qué pasaba. Fue así como la curiosidad que le desperté lo llevó a arriesgar el todo por el todo y sentarse por fin libre del pañal y cantamos victoria porque lo había logrado, había dejado definitivamente el pañal.

5. ¿Y cómo dejó el pañal nocturno?
Aquí debo decir que pensé que mi hijo estaba completamente maduro para controlar sus esfínteres incluso dormido pero no, aterricé en la realidad cuando una noche me vi en medio de una piscina temperada. Así que desde ese día y hasta la fecha, debo despertarlo a medianoche para hacerlo miccionar. Obvio que me muero de sueño y me cuesta levantarme de mi cama pero prefiero mil veces eso a tener que encontrarme con mi hijo mojado, tener que lavar toda la ropa de cama y quitarle ese olorcito. Ah y como nunca está demás prevenir porque quizá su vejiga me quiera hacer una jugarreta pues uso sabanillas descartables en su cama.

Para concluir y no aburrirlos les dejo estos no sé si consejos o recomendaciones:


* Jamás compares a tu hijo. Si un niño dejó el pañal al año o dos (Dios sabrá si lo obligaron a hacerlo) no quiere decir que tu hijo deba hacerlo o que está retrasado en ese proceso.

* Evalúa si vale realmente la pena tener un ahorro en la economía al dejar de comprar pañales frente a ver a tu hij@ segur@ y tranquil@.

* Prepárate para cualquier prenda mojada o sucia por un "accidente" y no cometas el error de hacerle roche público a tu peque. Ya bastante tendrá con lo que sienta por propia cuenta. Recuerda que estás para hacerlo recobrar la confianza en sí mismo.

* Llama a las cosas como son. Si en casa dicen caca, pichi, popó, pufis o como se les ocurra, no le compliques la vida a tu peque usando palabras más rebuscadas por quedar bien frente a los demás. Poco a poco, aprenderán a expresarse usando términos como defecar o miccionar. La idea es no hacerse un mundo de palabras al inicio.


Bueno, deseo que les sirva un poquito este post y  espero cualquier pregunta o comentario que deseen hacer.
Cariños a todos.