¿Han visto el programa "No sabía que estaba embarazada"? Pues por poquito y era candidata para contar allí mi historia.
Tal como dice el título de este post, yo tuve un cortísimo embarazo de tres meses. Sé que suena inverosímil que una mujer no note que lleva en el vientre una nueva vida pero créanme, yo lo viví.
Aún recuerdo como si fuera ayer aquellas cinco palabras: Señora, su útero está ocupado.
Fue una mañana de la última semana de febrero, cuando me levantaba de la mesa luego de haber desayunado, que mi hermano menor a manera de juego me pellizcó la barriga y asombrado me dijo: Oye, tu barriga está dura. Lo primero que pensé fue en los casos de miomas y fibromas que padece una tía muy cercana y supuse que algo así me estaba ocurriendo, incluso pensé en el tan temido cáncer.
Después de meditarlo una semana, decidí ir al médico. Tenía que saber qué enfermedad padecía así que llegué sola al consultorio y fui auscultada. No pasaron ni cinco segundos cuando el doctor me informaba que iba a ser mamá. La cabeza empezó a darme vueltas pues nada cuadraba, yo llevaba meses sin tener intimidad. En mis entonces 37 años siempre había sido muy cuidadosa con mi vida sexual. ¿Cómo era posible estar embarazada?
De vuelta a la realidad, me indican hacerme una ecografía en ese mismo momento. Aquí es donde viene el impacto más grande. Observo el monitor y observo un bebé en toda su dimensión: cabeza, columna, piernas, manitas. Tenía 6 meses de embarazo. Era ilógico, no tenía ni barriga, a simple vista no se me notaba nada de nada, había tenido sangrados que pensaba eran mi periodo y es que siempre fui irregular. Ahora comprendo que mi hijo quiso vivir y Dios se lo permitió.
Es así cuando recién las cuentas comienzan a cuadrar y a caer en cuenta que no hay método, mejor dicho métodos, cien por ciento seguros (Ya les contaré en otro post sobre esto).
¿Cómo me sentí? Pues estaba aterrada, parecía una chiquilla temiendo contárselo a sus padres, pensando cómo tomarían la noticia, pensando cómo explicar que tenía seis meses sin haberlo notado. Y saben qué "genial" idea se me ocurrió y digo genial porque asusté a todos, mandé un SMS a mis padres y mis hermanos dándoles la noticia. Lo que no preveí fue que el mensaje por ser tan extenso llegaría cortado, sólo les llegó la parte que narraba que estaba en la clínica.
Ya se imaginarán las caras de susto cuando llegué a mi casa y sin contar que todavía no conocían bien el resto de la noticia. Como era de esperarse, todos tomaron la noticia con mucha alegría pues era el primer nieto que llegaba a la familia y luego de la muerte de mi hermano, este bebé llegaba a devolvernos un poco de luz y felicidad.
Sí confieso que mi mayor preocupación fue que mi hijo estuviera sano puesto que no me había alimentado correctamente, no había tomado ácido fólico y había tenido actividad física muy exigente pues tenía un rottweiller con quien jugaba tan bruscamente que hasta nos revolcábamos en el piso.
Fue así como mi vida dio un vuelco de 180° de la noche a la mañana. Tuve que organizarme para recibir a mi hijo en cortísimo tiempo y tuve la bendición de tener a mi familia y amigos que me ayudaron en darle la bienvenida que se merecía.
¿Pueden creer que en la foto estoy a dos semanas del nacimiento de Ezio? Tuve que sacar pancita para la foto de recuerdo de Baby Shower porque tan sólo subí 4 kilos de peso.
Hoy, a casi tres años de esa foto, sigo preguntándome cómo puede pasar un embarazo desapercibido. Será que Dios me conoce tan bien y sabía de mis temores respecto a la maternidad que decidió darme esa sorpresa cuando mi bebé estaba prácticamente logrado. No le transmití a mi hijo esos miedos, esas inseguridades, tan sólo sintió a una mamá que vivía relajada, que dormía a sus anchas, que reía con las locuras de su perro.
Ese es en resumen "Mi embarazo de 3 meses",